BUENOS AIRES.- La periodista Lilia Ferreyra, pareja del escritor Rodolfo Walsh cuando en marzo de 1977 éste escribió y difundió su célebre Carta Abierta a la Junta Militar, falleció hoy a los 71 años en esta capital, víctima de una enfermedad terminal.
Había trabajado en la editorial Jorge Álvarez, en los diarios La Opinión y Página/12 y en los últimos años se desempeñó como asesora de la Secretaría de Derechos Humanos.
Esta noche, la Secretaría de Derechos Humanos expresó su "profundo pesar" por la muerte de Ferreyra, y su titular, Martín Fresneda, dijo que "su ejemplo quedará en la memoria de todos los argentinos. Y seguramente se reencontrará con Rodolfo para descansar en paz".
"Hoy es un día muy triste para todos aquellos que tuvimos el privilegio de compartir años de fatigas, ilusiones e incertidumbres con Lilia Ferreyra", declaró, por su parte, Oscar González, secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional.
Para el dirigente socialista, "de Lilia conocimos su convicción y humildad en los intensos años de lucha sindical de prensa, en los '70; su entereza durante el largo transcurrir del exilio mexicano y su alegría al reencontramos en este presente de renovado compromiso con el proceso de cambios que vivimos en la última década".
Coordinó el espacio de la ex Esma, ahora ocupado por diversos centros culturales volcados a la promoción de la memoria de los derechos humanos, pero que fue el mismo lugar al que fue llevado el cuerpo de Walsh tras ser asesinado en la calle mientras despachaba la denuncia en la que Lilia había colaborado, haciendo copias en una casa de la localidad bonaerense de San Vicente.
"Tuve muchos trabajos pero todos ligados a mi idea de transformar este mundo", dijo hace unos años en un extenso reportaje para el canal Encuentro, donde no vaciló en considerar al escritor como "mi gran amor".
Ferreyra se exilió en México poco después de que la dictadura asesinara a su compañero en una emboscada en la esquina de Entre Ríos y San Juan, a cargo de un escuadrón de la Armada, cuando repartía copias de su célebre "Carta Abierta a la Junta Militar", en marzo de 1977, a un año del golpe.
Pese a que se conoce su suerte final, el cadáver de Walsh no apareció nunca y hoy el escritor integra la numerosa lista de desaparecidos.
Se habían conocido en 1967, cuando Walsh le firmó un libro de cuentos suyo y poco después esa atracción inicial los convirtió en pareja durante casi una década, en la que el autor de Operación Masacre habló de la relación con ella, su tercera mujer como "mi soldadura con Lilia".
Juntos atravesaron la etapa en que el periodista dirigió el periódico de la CGT de los Argentinos, la militancia en el peronismo revolucionario de los setenta y las tras la "primavera camporista", el pase a la clandestinidad.
Recién en el 2010, en el segundo juicio por los crímenes de la Esma pudo declarar sobre el asesinato de su compañero y en ese momento exhibió ante el tribunal un documento histórico: unas hojitas amarillentas escritas 33 años antes en su máquina Lettera por Walsh, y replicadas con carbónico para ser enviadas a redacciones y políticos, los originales de la Carta Abierta a la Junta Militar .
A partir de las 21 y hasta mañana a 11 es velada en la sala Cortazar de la Biblioteca Nacional, y luego será trasladada a su ciudad natal, Junín, para ser sepultada. (Télam)